Desaparece misteriosamente un laboratorio de química en Logroño

Este pasado martes en la Universidad de Logroño ha tenido lugar un acontecimiento que mantiene a la comunidad científica en vilo. Uno de los laboratorios de investigación pertenecientes a la Facultad de Química de dicha universidad ha desaparecido por completo en el espacio de dos horas. La gravedad del incidente va más allá del sorprendente hecho de la desaparición física del laboratorio ya que, según fuentes fiables, se ha podido corroborar que en el momento de la desaparición se encontraban trabajando en dicho laboratorio cuatro becarios.

La comunidad científica se encuentra consternada “no sabemos que ha pasado, el laboratorio estaba aquí antes de irnos a comer y al volver no había nada, ni campanas, ni mesetas, ni material y lo mas preocupante, no había nadie” declara un miembro del Departamento de Química. Las causas del incidente aun no están claras, pero gracias al testimonio del becario Agustín Abadía, conocido coloquialmente como Tato, todo parece indicar que un rotavapor encendido ha sido el responsable de tan desgraciado incidente. En palabras del propio Tato “yo estaba evaporando tolueno cuando me llamaron por teléfono de secretaría para firmar unos papeles, quité el matraz del rotavapor y me fui corriendo. Cuando acabé ya era la hora de la comida con lo que me fui a comer algo rápido para seguir trabajando. Al cabo de dos horas fue cuando me dí cuenta, ¡¡¡No había parado el vacío del rotavapor!!! Cuando llegué ya era tarde, todo el laboratorio estaba condensado en el matraz de recogida. No pude hacer nada salvo parar el vacío”. Tato ha sido ingresado en un hospital víctima de un ataque de ansiedad “está muy afectado, nunca le gustaron las trompas de agua y ahora ya no quiere ni acercarse a ellas” declara su director de tesis. Se ha constituido un gabinete de crisis compuesto por parte de los mejores químicos nacionales para intentar al menos recuperar a los becarios “mediante extracción con diclorometano hemos recuperado dos piernas , tres dientes, dos núcleos de agitación y un septum, por lo que ahora estamos centrando nuestros esfuerzos en la destilación fraccionada y la cromatografía líquida. Con estas técnicas ha sido posible recuperar con un alto grado de pureza al becario más volátil” declara un miembro del gabinete. Pero no todo son malas noticias, el condensado recogido se ha utilizado con éxito en la apertura enantioselectiva de epóxidos (e.e ≥ 99%). Se cree que alguno de los becarios era asimétrico.

Compartir Tweet